Coincidence (2) by Laura Sánchez Herráez

Historia policíaca con tinte romántico / erótico. Un detective de Scotland Yard y una testaruda policía española tendrán que resolver un caso de un asesino en serie. Pero sus sentimientos se verán implicados en ello (segunda parte)

Coincidence (2)

Charles quiere morir si no tiene a su lado a Adriana y ésta ha sido capaz de decir "te quiero" a Charles. Ha sido duro para ambos darse cuenta de lo que sienten en realidad el uno por el otro, pero aun así las cosas no van a ser fáciles para ellos.

El calcinador sigue desaparecido y temen que vuelva a matar, Adriana no puede superar lo que éste le hizo en aquella sala, dejándola secuelas físicas y psíquicas que le hacen echar la vista atrás; más aún cuando recibe una llamada en la que le comunican que los hombres que hace años la violaron, han salido en libertad.

Comenzará una dura batalla para Charles y Adriana. Tendrán que superar todo tipo de obstáculos pasados y presentes para intentar tener un futuro juntos; un futuro que es cada vez más incierto.

Genre: FICTION / Crime

Secondary Genre: FICTION / Romance / Erotica

Language: Spanish

Keywords: romance, erótica, scotland yard, policía, thriller, asesino, londres, bath, barcelona

Word Count: 57384

Sample text:

—No te dejé, maldito estúpido —me dice sonriente—. Strand me propuso quedarme y nada más que me lo dijo, le contesté que sí.

—¿Contestaste…? —pregunto boquiabierto—. Pero tú…

—Tenía que volver para hacer todo el papeleo y despedirme de la gente de allí. Pero tú empezaste con tus tonterías y yo tenía mil cosas en la cabeza. Y cuando te fuiste del apartamento… Bueno, me enfadé, cogí mis cosas y me fui sin esperar a explicarte. Pero en estas más de dos semanas he intentado hablar contigo y tú ni siquiera has querido cogerme el teléfono.

Me lo reprocha de forma graciosa. O lo que me resulta gracioso es todo esto en realidad.

—Entonces… ¿No me dejaste? —es lo único que soy capaz de preguntar.

Ella se echa a reír y coge mi mano.

He sonado patético. ¿Qué coño me pasa?

—Claro que no te dejé, pareces tonto. Te quiero, Charles. Siempre.

Escucho sus últimas palabras y me levanto, agarrando la otra mano de Adriana y levantándola para besarla con fuerza. Pego su cuerpo al mío y sentirla de nuevo de esta forma me alivia y relaja a la vez que me excita. Sigo besándola igual que ella a mí. Cae la tarde en Londres y parece que la cálida luz que ilumina esta inmensa terraza es más cálida porque la tengo de nuevo conmigo.

No me dejó. Nunca lo hizo.


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